Hoy he visto un reel de Instagram que me ha revolucionado el cerebro, así que aquí estoy.
Como soy un desastre guardando info, vas a tener que confiar en que contenía exactamente esto: una mujer negra, obesa, explicaba por qué se considera corredora de maratones. Hablaba en un tono muy calmado, despacio, con frases cortas y claras, como si supiera (probablemente lo sabe) que cualquier cosa que sus espectadores pudieran malinterpretar sería malinterpretada en su contra.
El motivo principal que daba para considerarse corredora de maratones esta mujer negra y obesa es que ha terminado 28.
Ha terminado 28 maratones con un peso que sobrepasa con creces los 100 kg. Y lo ha hecho, según sus propias palabras, a un ritmo dolorosamente lento.
Por supuesto, en el proceso de mostrar sus entrenamientos y su filosofía, le ha caído más hate que agua por las cataratas del Niagara.
Pero ella ha seguido corriendo, a su ritmo, por sus razones. Y si quieres mi opinión, esta mujer es corredora de maratones, claro que sí.
Lo que no quiere decir que no haya fracasado, ¡oh, darling! Claro que ha fracasado. Pero esto no lo digo yo, lo dice ella: ha corrido 39 maratones, terminado 28 y abandonado 11. Eso son, según sus propias palabras, 11 fracasos.
Lo bueno de estos fracasos es que son suyos. Ella se marca unos objetivos y los cumple o no. Si los alcanza, suma un éxito. Si no los alcanza, suma un fracaso.
Lo bueno de esos once fracasos es que son total y absolutamente suyos.
Ella los ha diseñado.
Ella ha asumido el riesgo de fracasar que podía asumir y ningún otro.
Ella juega según sus propios estándares.
Porque ella corre según sus propios términos.
Es un poco lo que intento explicar yo cuando digo que una escritora es la que escribe.
En realidad es algo más complejo, porque MI definición personal (y ojalá que transferible) de lo que es ser escritora implica tres factores:
Escritora es la persona que escribe, por un motivo (o sea, con un objetivo) que ella misma define y que lo hace siempre que puede (pero nunca cuando no puede).
Esa escritora puede escribir mejor o peor, de manera profesional o aficionada, en la ducha o para el público. Puede escribir ficción, no ficción, poesía, artículos de blog o ser redactora web.
Si escribes eres escritora.
Y puedes fracasar. CLARO QUE PUEDES FRACASAR.
Puede que tu novela no te satisfaga.
Puede que no se lea.
Puede que no hayas terminado ninguna todavía.
Puede que no hayas encontrado editorial.
Pero esos fracasos son tuyos. SI TÚ ELIGES LOS OBJETIVOS, TÚ ELIGES LOS POSIBLES FRACASOS.
Lo que me parece poco honesto, o poco realista, o poco razonable, o demasiado ingenuo, es ser Alicia Pérez Gil, Rosa Mari Gutiérrez, Pilar Ramírez o María García y medir tus fracasos en función de los éxitos de Stephing King.
Lo siento, Rosa-Pilar-María: no puedes fracasar como Stephen King hasta que no recorras la trayectoria de Stephen King en los zapatos de Stephen King.
¿Cómo? ¿Que eso es imposible?
Efectivamente, lo es. Porque, salvo en ciencia ficción, solo hay un ejemplar de cada persona. Mr. King solo hay uno y tú solo hay una.
Así que más te vale, por salud mental, sobre todo, diseñar tus propios objetivos y, junto con ellos, tus posibles fracasos.
De eso va “Cómo ser escritora en 5 minutos (al día)”.
Que está de lanzamiento ahora y viene con bonus y con un precio de risa hasta el domingo. Luego sube y se le van algunos bonus.
Si nunca has pensado en lo que quieres lograr como escritora, o en por qué quieres lograrlo, echa un vistazo. La mejor manera de acumular los fracasos de los demás es no diseñar tus propios éxitos.
Maravilloso post ❤️
Muy buen ejemplo 👌