¿Te da miedo que tu novela no vaya «a ninguna parte»?
Te cuento una cosa que lo mismo te ayuda a ganar confianza
En general, las escritoras de brújula somos impulsivas y disfrutamos improvisando. Por eso, lo más normal es que, en alguna fase del proceso, nos entren las dudas.
A veces, por desgracia, las dudas se convierten en miedo; un miedo que no nos paralizaría si no hubiera cientos de mensajes alimentándolo. Ya sabes: planifica, diseña, haz escaletas, trabaja las fichas de personaje... Seguro que has oído todo eso y más.
Hace un tiempo que empezó a llamarme la atención que solo se enseñe a escribir planificando. Bueno, no solo (yo soy una excepción), pero casi. Así que me puse a mirar, analizar, pensar y atar cabos.
¿Sabías que hay un motivo por el que casi todo el mundo cree que planificar es lo mejor?
Tiene que ver con una versión un poco tramposa del sesgo del superviviente. Este sesgo es la falacia lógica que consiste en concentrarse en las personas o cosas que superaron un proceso de selección, mientras se ignora a aquellas que no lo hicieron.
Te pongo un ejemplo: una escuela de escritura presume de que sus alumnas se convierten en escritoras famosas. Ves en su web un montón de fotos de autoras conocidas y casos de éxito. Entonces piensas: “Si estudio ahí, yo también tendré éxito”.
Pero la escuela no habla de cuántas personas estudiaron allí y no lograron publicar nada, o dejaron de escribir. Esas no aparecen en la web. Solo ves a las que “sobrevivieron” al proceso.
Ese es el sesgo de supervivencia: creer que una elección determinada lleva al éxito porque solo ves a las que lo consiguieron, pero no ves a todas las que se quedaron por el camino.
En el caso de las escritoras de mapa y las de brújula pasa un poco parecido: se da por bueno el método de aquellas autoras que han tenido éxito y han contado que lo hicieron planificando.
Y se deja fuera a autoras que también tuvieron éxito, pero cuyo proceso es menos “vendible” porque, al ser intuitivo, resulta mucho más difícil explicarlo y replicarlo.
La clave está en la intuición. Intuición es sinónimo de brújula.
Pero cuando aparece el miedo, la intuición se ofusca. ¿Y cómo recuperamos la intuición?
Sencillo: interiorizando los pasos necesarios para completar un proceso hasta que se vuelvan parte de ti. Así, avanzar con brújula, se vuelve más seguro y satisfactorio 😊.
De manera natural, porque hemos leído mucho y consumido todo tipo de historias (series, películas, anuncios…) sabemos cómo funcionan las historias. Pero hemos perdido la conexión con ese conocimiento a fuerza de estudiar y creer que necesitábamos un mapa que le diera sentido a nuestra creatividad. Eso es lo que hay que recuperar.
¿Y cómo se interiorizan esos pasos narrativos si eres brújula y no puedes planificar sin bloquearte?
En Borrador 2.0 te los doy ya troceados. No tienes que pensar en estructuras, ni diseñar nada por adelantado, solo seguir las instrucciones diarias. Están pensadas para que avances improvisando, pero sobre unas guías invisibles que sostienen la estructura sin que tengas que preocuparte por ella.
Y lo mejor: te ayudan a desatascarte sin traicionarte, porque sigues escribiendo a tu manera, pero esta vez con apoyo (el mío) y con la confianza de que llegarás a buen puerto, aunque de momento no sepas cuál es. Si quieres probar qué se siente al usar la intuición como herramienta a tu favor, echa un ojo aquí.
Escribe todo lo que puedas
y ni una sola palabra más.
Un abrazo,
Alicia
P.D.- Es aquí.