Cómo ser escritora de brújula sin perderse en el intento
Y sin sentir que haces trampa todo-el-tiempo.
Desde que empezamos a soñar con escribir una novela, nos repiten la misma historia:
“Tienes que tenerlo todo claro antes de escribir.”
“No empieces sin tu esquema bien ordenadito.”
“Planifica las sorpresas, las escenas, cada movimiento de tus personajes.”
Y si no lo haces así —nos dicen— te perderás. Fracasarás.
Tu historia será un caos.
Esto fue lo primero que me enseñaron a mí en un taller de Fuentetaja hace muchos años. Sería 2005 o 2006, supongo.
Y la cosa es que a la mayoría de mis compañeras de clase, el consejo les fue fenomenal.
A mí no.
Porque yo, como muchas escritoras de brújula —las que escribimos movidas por la intuición y no por un mapa— nos sentimos inseguras cuando nos obligan a controlarlo todo por anticipado.
Planificar nos hace sentir que estamos matando la historia antes de darle vida. Por eso tiramos proyectos a medio construir, porque nos hemos perdido no en la historia... sino en los métodos de otros.
La planificación rígida puede ser una gran herramienta.
Pero no para todo el mundo.
Y mucho menos para quienes escribimos desde la emoción, el descubrimiento y el deseo de exploración.
El error es forzarte a planificar si no está en tu naturaleza
Cuando una escritora de brújula intenta ser de mapa, suele pasar esto:
Pierde la motivación antes de empezar.
Siente que su historia ya está “cerrada” y no tiene nada que descubrir. O sea, se aburre y abandona.
Se ahoga en reglas, plantillas y pasos que no resuenan con su forma de crear. Holita, frustración y agobio.
Confunde no saberlo todo con no ser capaz. Puede que esto sea lo más terrible de todo el asunto. La sensación de que escribir no es lo nuestro porque no lo hacemos como mandan los cánones y las buenas enseñanzas.
Pero el problema no es nuestro proceso.
El problema suele ser que nos obligan a cambiarlo y a ahogar nuestra intuición en un mar de rigidez aplastante.
Y nos encontramos ante la paradoja de querer que una semilla florezca antes de plantarla.
Las historias también necesitan espacio, oscuridad y tiempo para germinar.
En cinco palabras: tu brújula es tu superpoder
Escribir con brújula no es escribir sin rumbo.
Escribir con brújula consiste en seguir señales más sutiles:
La imagen que se repite en tu mente.
El personaje que insiste en aparecer, aunque aún no lo sepas todo sobre él.
Una escena que sabes que tiene que existir, aunque no veas aún cómo o dónde encaja.
Confiar en esa brújula no es desorganizado.
Es profundamente orgánico.
Significa permitir que tu historia crezca como crecen las cosas vivas: de adentro hacia afuera.
Cómo desarrollar una idea de novela siendo escritora de brújula
Al contrario de lo que muchas piensan, no se trata de “fluir y ya”, sino de saber cómo nutrir tu intuición para construir una idea sólida.
Te dejo tres claves que te ayudarán a trabajar como escritora de brújula sin perder el norte:
1. Deja de buscar respuestas: empieza a hacer mejores preguntas
Cuando sientas que no sabes hacia dónde va tu historia, no busques soluciones inmediatas.
Busca las preguntas correctas:
¿Qué deseo mueve a mi personaje principal?
¿Qué conflicto no puede evitar?
¿Qué tipo de cambio o transformación intuyo, aunque no la vea aún?
La historia crece y mejora en función de la calidad de las preguntas que te atreves a hacerte.
2. Prioriza la conexión sobre la estructura
Antes de preocuparte por “si la trama funciona”, pregúntate:
¿Me emociona escribir esto?
¿Siento curiosidad por lo que puede pasar?
¿Mis personajes respiran, sienten, se mueven solos en mi mente o parecen marionetas huecas de cartón?
Una buena historia no siempre empieza con lógica.
3. Aprende a trabajar en capas
No necesitas verlo todo en la primera versión de tu idea. Puede que la historia final aparezca en forma de intuiciones, primero, que vayan surgiendo escenas sueltas, después, que a partir de ahí nazcan relaciones y que poco a poco se cree una estructura.
Todas esas capas o fases te ayudarán a ver las cosas con mayor claridad. No las deseches y no te des por vencida si solo “ves escenas”. No es una maldición, es una fase.
¿Y qué pasa si no sé moverme entre esas capas?
Para eso está Escribe sin Planificar.
Un espacio donde no tienes que cambiar quién eres para construir una idea de novela sólida.
Donde tu intuición no es un problema que solucionar, sino la semilla de algo grande.
Te enseño a desarrollar tu idea de novela desde la conexión y la curiosidad.
Trabajamos preguntas profundas, no fórmulas rígidas.
Damos forma a una base sólida para tu novela, sin matar tu impulso creativo.
✨ Empezamos el 1 de junio y las plazas son limitadas.
Si quieres dejar de forzarte a escribir como otros dicen que debes hacerlo, y empezar a construir desde tu propia brújula, apúntate hoy mismo.
Nos vemos dentro.
Las grandes historias no nacen de saber exactamente a dónde vas.
Nacen de atreverse a caminar, aun cuando el camino aún no está claro.
Confía en tu brújula.
Confía en tu historia.
Confía en ti.
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Un abrazo:
Alicia
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